Metamorfosis

negro un capullo
de seda y lava
envuelve el contorno de mi espiritu
inquieto


angosta el suspiro
la trama
en sus brazos
tórrido de núcleo
esperando
a nacer


otra vez
ser luna
dilatada en un vaso


un rio
de vertiente
labio a labio
y caer

del abismo de la nada
de la nada algún cielo

encendido aleteo

rabia

celo

rojo

fuego

sentir
y volver... a ser







domingo, 14 de marzo de 2010

algo breve para estos tiempo

Los terroristas se dieron cuenta de que el pasamontañas deshumanizaba. Para un policía era muy sencillo disparar contra alguien sin rostro y la sociedad lo aceptaba de buen grado: eran enemigos totalmente anónimos, nadie le imaginaba una vida a un muerto sin rasgos.
Decidieron entonces sustituir los pasamontañas por caretas de sonrojados bebés, porque es mucho más difícil disparar al rostro de un tierno infante. Una decisión de lo más acertada, pues los policías se negaron a abrir fuego contra una carita así, con tantas cosas por vivir todavía. Incluso los obispos empezaron a defender a los terroristas, ya que consideraron que era un crimen aún mayor que el aborto disparar a un niño aunque éste cometa atentados.

No hay comentarios:

Publicar un comentario