Metamorfosis

negro un capullo
de seda y lava
envuelve el contorno de mi espiritu
inquieto


angosta el suspiro
la trama
en sus brazos
tórrido de núcleo
esperando
a nacer


otra vez
ser luna
dilatada en un vaso


un rio
de vertiente
labio a labio
y caer

del abismo de la nada
de la nada algún cielo

encendido aleteo

rabia

celo

rojo

fuego

sentir
y volver... a ser







miércoles, 28 de abril de 2010


—La luna es la muela de un gigante.
—Si tú lo dices.
—Que sí, me lo contó mi tío, que tiene muchos amigos dentistas. Dentistas suecos, además.
—Seguro que eso puntúa doble.
—El gigante se arrancó la muela porque le dolía y la arrojó muy lejos. Tanto, que entró en órbita. Y ahí sigue, iluminando por la noche a los enamorados.
—Romanticismo dental.
—Sí.
—¿Y el sol?
—El sol es un grano de arroz que tenía el gigante entre los dientes. También lo arrojó lejos. Y ahí sigue, iluminando por el día a los turistas.
—Turismo arrocero.
—Sí. Por eso en inglés sería más correcto llamar al amanecer sunrice.

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