Metamorfosis

negro un capullo
de seda y lava
envuelve el contorno de mi espiritu
inquieto


angosta el suspiro
la trama
en sus brazos
tórrido de núcleo
esperando
a nacer


otra vez
ser luna
dilatada en un vaso


un rio
de vertiente
labio a labio
y caer

del abismo de la nada
de la nada algún cielo

encendido aleteo

rabia

celo

rojo

fuego

sentir
y volver... a ser







jueves, 1 de abril de 2010

Para espantar las moscas el ventilador de la carnicería tiene unas largas tiras de papel pegadas a las aspas.
Pero igual las moscas bailan su condena con cierta elegancia y precaución.
Porque hay una parrilla de luz violeta y fría que las electrocuta sin piedad si llegan a torcer el vuelo hacia esa Nueva York de muerte.
Y abajo…
¡ ay abajo!
Abajo hay trozos de carne color lacre.
Amputaciones de un perverso cirujano de vacas, chivitos y lechones.
Las mujeres y los hombres mas colorados y redondos del planeta se agolpan frente al mostrador babeando sus futuros asados a las brasas.
Mientras que un perro flaco y lastimado se acerca al tumulto recordando las últimas miradas del ganado.
Cielos suaves sobre pastos tiernos donde chista el sol.
Donde el molino grazna y lanza bocanadas de agua fresca.
Donde se abre el asombro circular de un tanque australiano en plena pampa.
Y un niño negro anuncia “la llegada del reino de la espiga”.

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